Según Virginia
Henderson, el individuo sano o enfermo es considerado como un todo completo que
presenta 14 necesidades fundamentales, que debe satisfacer, siendo así el rol
de la enfermera ayudar al cliente a recuperar o mantener su independencia,
supliéndolo en aquello que él no puede realizar por sí mismo para responder a
sus necesidades, es decir, tiene un rol de suplencia.
Como necesidad fundamental se define aquella
necesidad vital esencial que tiene el ser humano para asegurar su bienestar y
preservarse física y mentalmente. Son las siguientes:
Respirar
Alimentarse
e hidratarse
Eliminar
Moverse,
conservar una buena postura ( y mantener una circulación adecuada)
Dormir
y reposar (y conservar un estado de bienestar aceptable).
Vestirse
y desnudarse.
Mantener
la temperatura corporal en los límites normales.
Estar
limpio y aseado y proteger los tegumentos.
Evitar
los peligros (y mantener la integridad física y mental).
Comunicarse
con sus semejantes (desarrollarse como ser humano y asumir su sexualidad)
Actuar
de acuerdo con sus creencias y valores.
Preocuparse
por su propia realización ( y conservar su propia estima)
Recrearse.
Aprender.
Debemos tener en cuenta que estas
necesidades están relacionadas con las tres dimensiones del ser humano:
Biológica, psísica y social. La satisfacción del conjunto de las
necesidades, al individuo le hace estar
en estado de equilibrio, que Cannon (1939) lo llama Homeostasis.
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